Mujeres
30 de octubre del 2018

Se fracturó el lenguaje.

una mañana la frase se rompió

mañana sin frase aviso la rompió lenguaje

monosílabos para atar la realidad

una erre seguida de una i o una jota

y no este escándalo en los ojos

Desafiar la voz del amo:

mientras tanto mamá miraba la leche derramarse

atontada por el calor y la asfixia de las preguntas prohibidas

tarareando la canción monocorde preámbulo de la fuga

y adorable limpiando con mis manitas sus lágrimas

Lo demás permanecía grotesco

y transparente. Mastiqué una ración de amanecer.

no te dejaré entrar en mis células

¿por qué duele la felicidad?

Todavía no me aprendo los nombres de tus aromas

ni ese buscar al otro lado de la tarde

¿qué perdiste ahí mamá? gritas al remolino de la feria

a sus brazos sin amparo porque retumba furioso

el vendaval de la sangre que todavía no reconoces

Venía de ordenar otras palabras

[no éstas con su magenta indeleble]

[no éstas de la cátedra y su urdimbre]

un juego de rompecabezas

intercambio de tinta

ráfagas de multitud y regocijo.

No podía advertirte aunque quisiera

el derramamiento de la leche. Fascinación por el instante.

Sólo podía esperar tu llanto y recogerlo.

Envuelta en lenguaje

pío pío o hermenéutica

trama para ausentarnos

y para volver a algún lugar

de la complicidad al desconocimiento.

Preferí las costumbres de mi perro: echarse a la sombra

mirar las nubes desde la horizontalidad

Nunca he sabido las respuestas

enuncias las preguntas en un licuado

con su tin marín sin do pingüe

el eco y su encantadora de serpientes

estrangulando en no aviso previo

la no tarde

la encantadora pulcritud del eco

¿cuándo se nos agotó la risa?

todo se apagó

la palabra que tenías en la punta de la lengua

el trabalenguas en zapoteco de la infancia

el Dios te salve

y todo lo que repites

sin saber porqué

se apacigua dicen

respiración acompasada y

locura o redención

¿el miedo estuvo siempre? ¿tuvo un comienzo?

Podríamos hacer tratados: mis hermanos y yo. Mi madre y yo.

La defensa del padre. Su vida por mantenerlo a raya

por inventar un mundo sin él. Dejar el miedo fuera.

Construir mundos perfectos. Papá perfecto. Dientes perfectos.

Se apagó. La línea horizontal

la gran nada como la imaginen.

La nada fue perseguir tigres en las orillas de la carretera.

La nada fue nadar de muertito y escuchar el silencio.

La nada fue el calor

la soledad extrema: su conciencia.

Después volvió:

voces rostros preguntas

y adviene el clic de la computadora

la televisión la cafetera: el mundo

que conoces y te habla

lo que recuerdo del amor son sus metáforas

sobre animales. Amé como animal. Me comporté como animal

mientras amaba.

Reconocer quién fui

era lo mismo y todo había cambiado

¿Recuerdas tu vestido de luciérnagas?

su vértigo quiso mirar

bailé en ese mar de ojos

sinfonía sin principio

fosforecía y parpadeaba

en vela.

¿quién era sin sílabas?: tal vez azul

juguete de estación

y estampas coleccionables.

Te abracé con sus luces

en mi arrebato no vi la muerte

sólo esos pequeños cuerpos apagándose.

Pensamientos

Poesía es la alegría del lenguaje.

Wallace Stevens

El talento no tiene género. Los y las poetas somos tan invisibles que no creo que haya mucha diferencia, a veces el género hasta nos beneficia. En realidad no creo en esas falsas rivalidades.

La literatura de suyo ha sido patriarcal, aunque hay honrosas excepciones.

Muchas han sido las mujeres que me han influenciado, tantas que no podría nombrarlas, sin embargo puedo citar a Juana Inés, Rosario Castellanos, Wisława Szymborska, Myriam Moscona, Coral Bracho, Susana Thénon, entre muchas otras.

Los movimientos feministas: esas divisiones me parecen ociosas.

Hay hombres y mujeres que buscan el poder como una forma de vida y hay otros y otras que simplemente tratamos de enriquecer el día a día sin otra pretensión más que la de vivir en paz y alegría.

Rocío González

Juchitán, Oaxaca, 1962. Poeta. Estudió Lengua y Literaturas Hispánicas y la maestría en Literatura Mexicana en la FFyL de la UNAM. Es Doctora en Letras por la UNAM. Algunos de sus libros de poesía son: Las ocho casas, Pasiones tristes, Azar que danza, Lunacero seguido de Como si fuera la primera vez, León panza arriba (poema para niños) y Neurología 211. Autora del ensayo El lenguaje como resistencia.

Fotografía de Rocío González

Artículos relacionados

Epístola a Voltaire1
Mujeres
Secundina
blog comments powered by Disqus