En algún lugar de la ciudad de Nueva York hay tres o cuatro objetos aún desconocidos que embonan uno con otro. Cuando estén juntos serán una obra de arte. Charles Simic
Habitamos una ciudad en cuanto encontramos en ella una metáfora para vivir, dilatar el dolor o soñar. Esta es la historia… pasear para después habitar las tres ciudades ficcionadas por Celeste Rojas (Chile, 1987). Las ciudades se multiplican cuando se inicia un viaje por Latinoamérica. El viaje que la fotógrafa plantea a través de sus ciudades puede dar cabida a estas interrogantes: ¿qué relación existe entre espacio y tiempo? ¿Cómo habitamos un cuerpo, un rostro, una palabra, una ausencia o un recuerdo?
Para ordenar La ciudad líquida (2008) de Celeste Rojas es necesario recurrir a la obra de Marcel Duchamp. Duchamp, un libro de color verde, en la portada un tablero de ajedrez; para el artista el caballo era el iniciador de los movimientos; quizá la figura que podría sustituir al caballo de Duchamp sea la de el paseante en la obra de Celeste Rojas, ya que es el detonador de ideas en el transcurso del viaje.
SIETE TIMBRES
Celeste Rojas es una fotógrafa interesada en retratar la vida límite de las ciudades. Su trabajo plantea la observación de los lugares por los cuales camina. Encontramos espacios que han quedado sin construir, casi entre la nada, presentados de manera rectangular. Son esos espacios los que unen a todas las ciudades retratadas, los espacios que aparentemente quedan vacíos de objetos, imágenes que parecen ser repetición de la repetición; son los respiros de Latinoamérica, el silencio y la luz.
LA CIUDAD DE NADIE, HUELLAS Y DEMOLICIÓN
Aparecen escaleras y una pared amarilla con siete timbres en la puerta para una sola casa. Un letrero en la siguiente esquina con una leyenda en color morado que dice CINE, la letra E pintada sólo hasta la mitad. La luz es verde por esas calles. Camino con la fotógrafa y encontramos una casa derruida, en el abandono. Una pared rosa es retratada. Abajo, en el piso de cemento gris, está la hojarasca que dejó el otoño. ¿Cuál es el nombre de esta ciudad? Nadie lo sabe. Si reconoces algún objeto guárdalo en tu memoria, podrías haber paseado anteriormente por este sitio.
CIUDAD IMPROVISADA
Podemos decir que fue la escritora japonesa Sei Shonagon la que inició un registro de aquello que le parecía bello en cada estación del año. El resultado: El libro de la almohada, que transmite algo de esos recuerdos.
La ciudad improvisada (2009) es un registro en el álbum de lo que nunca termina de formarse, pareciera ser la metamorfosis eterna de las ciudades latinoamericanas, lo inacabado.
CIUDAD EROTIZADA
Todo parece ocurrir cuando cae la noche, las luces que contrastan las imágenes son ajenas a la calma y el silencio. Colores fluorescentes que apenas dejan ver los rostros. El paseante camina con su cámara en mano, siempre como una sombra en la vida de los otros. Por momentos se torna invisible, pero es tan veloz como cualquier animal nocturno que persigue a su presa.
Pienso constantemente en la palabra “miedo”. Las luces me repiten esa sensación. Pareciera que todo ocurre en un mismo lugar, presiento que los personajes que deambulan por esta zona son huéspedes de una desgracia. Mis ojos se encuentra con un letrero en color rojo. Rojo fluorescente. La palabra en letras redondas se hace presente. ESCAPE. Una cortina amarilla se abre y yo corro. Latinoamérica nocturna.
Celeste Rojas pasea y acumula en su imaginario las ciudades que ha observado, los objetos, rostros, calles y cielos de Latinoamérica. Los nombres de cada ciudad, de cada objeto y de la mayoría de las calles quedan como un anónimo. Es una fotógrafa que no deja de buscar; ha participado en múltiples exposiciones, publicaciones de libros objeto y muestras fotográficas.