Oaxaca
13 de marzo del 2017

La poesía es un principio muscular
que viene del cuerpo
-es la acción de los sentidos, lo que se oye, se ve,
se saborea, toca y huele, tanto como
lo que se imagina y razona-
mediante la acción atlética de la voz en la página
y en el mundo.

MICHEL MCCLURE

En 1994 regresé a Oaxaca con la idea fija de escribir. Permanecí en Berlín nueve meses, tomaba clases de alemán en la Volkhochshule. Extrañaba hablar y leer en mi lengua, así que entré a un club de lectura y escritura para hispanoamericanos. Luego de leer a Cristina Peri Rossi, La nave de los locos, estaba interesada en la poesía, por el texto que aparece en el medio de esta novela con hibridación genérica.

En Oaxaca busqué un taller literario, el primero que encontré fue el de la Biblioteca Pública, que dirigía Julio Ramírez; lo visité tres veces, no regresé, pues antes de comenzar con el taller de forma concreta, Julio Ramírez hablaba de su amistad con otros escritores y de borracheras marcadamente masculinas. Quizás en ese momento, a mis veinte tres años no me apetecía escuchar ese preámbulo, no porque no me gustara la fiesta sino porque me parecían escenas distantes. Ahí me enteré de la existencia de la revista Cantera Verde, que Julio Ramírez coordinaba. La conformaban, en su mayor parte los trabajos de los participantes del taller. Julio Ramírez ha sido un pionero en la formación de escritores en Oaxaca. En ese salón largo del segundo piso de la Biblioteca Pública han pasado varios jóvenes, que con el paso del tiempo se han convertido en Hacedores de palabras, como se llaman los encuentros que Julio Ramírez ha organizado por varios años.

Busqué otro taller, tuve la fortuna de encontrar el que impartía Rocío González en la Casa de la Cultura. Rocío González es una de las poetas oaxaqueñas con mayor experiencia literaria; desde joven escribía y publicaba poesía en Juchitán, eventualmente estudió su doctorado en Letras en la UNAM; ahora es catedrática en la Licenciatura en Escritura Creativa en la Universidad de la Ciudad de México. Tiene más de libros publicados y dos premios importantes: uno de los cuales se lo otorgó la UABJO: Benemérito de América (1998); el otro, el Gobierno de Coahuila, “Enriqueta Ochoa” (2001). Entendí que era esencial la mirada de una mujer escritora en mi iniciación a la poesía.

Manuel Matus, escritor e investigador, organizó en 1997 un taller inolvidable en el Instituto de Investigación en Humanidades de la UABJO, que ofreció Alberto Blanco, vivimos una semana intensa con este dragón, músico y poeta, quien insistentemente nos decía que aprendiéramos a tocar algún instrumento para que nunca le faltara música a nuestros versos, pues esa experiencia le daría a nuestros textos más ritmo. El tema principal del taller era la poesía norteamericana. Nos presentó la antología Más de dos siglos de poesía norteamericana (UNAM, 1994), donde él participa como traductor y coordinador. Asimismo, uno de los temas que tocamos fue la composición en la hoja a partir de los poemas de Robert Duncan, nos divertíamos haciendo ejercicios de poesía visual en las mesas del Bar Jardín. Los resultados del taller se publicaron en un dossier sobre escritura de Oaxaca en la revista Tierra Adentro. En ese taller conocí a un jovencito, Efraín Velasco, aunque ahora no le agrada, recuerdo unos versos de su autoría: “Pisa mi jardín”. Efraín Velasco, años más tarde, ganó el premio Elías Nandino (2008), y publicó & Mi voz Tokonoma en Tierra Adentro. Su mujer le hizo una fiesta en la azotea y lo anunció con calcomanías de letras en su puerta.

En el 2001, Manuel Matus logró abrir la maestría en Literatura Mexicana. Aunque con ciertas debilidades, como por ejemplo, el perfil de ingreso que deberíamos tener los estudiantes, pues ninguno había estudiando una licenciatura en Letras. Lo mejor de la maestría fue que cada fin de semana durante esos dos años, Humanidades era el espacio para hablar de literatura. Entre mis compañeros se encontraba Cuauhtémoc Peña y Fidel Luján. Este último es un poeta que aparece poco en público, pero que sobresale por su incesante vida de lector, además de ser editor del Fondo editorial del ieepo, un editor quisquilloso, enemigo de las erratas. La maestría se volvió a abrir en el 2006, en pleno conflicto social en la Ciudad de Oaxaca. Como una de las recomendaciones en la evaluación de la maestría era el perfil de ingreso, después se abrió en el 2011 la licenciatura en Humanidades, en la cual los estudiantes escogen su formación final, ya sea en Filosofía, Literatura o Historia.

Manuel Matus organizó tres encuentros de escritores y poetas de Oaxaca que se llevaron a cabo en diferentes sitios: Oaxaca, Juchitán y Tuxtepec entre 1999 y el 2000. En esos encuentros conocí a Omar Fabián y a José Molina.

José Molina nació en Guanajuato en 1975, pero su hábitat ha sido Oaxaca desde hace más de diez años, poeta, traductor y maestro en Literatura portuguesa por la Universidad de Massachusetts, se ha destacado por fomentar la poesía en esta ciudad desde 1999; comenzó con un taller sobre las vanguardias latinoamericanas en el IAGO, y hasta la fecha no ha dejado de ofrecer talleres, sobre todo en la Biblioteca Henestrosa, además de que con frecuencia trae como invitados a poetas de la Ciudad de México y Chile, así como la presencia de los editores de Mangos de hacha. Él promovió la presencia de otro dragón de la poesía: Hugo Gola, quien dio una plática magistral en el MACO. Por medio de Hugo Gola conocimos la revista El poeta y su trabajo, una publicación ejemplar, pues no sólo hay poesía, sino traducciones, entrevistas, ensayos sobre el oficio. Tengo una crítica, muchos de los escritores mexicanos que siguen a Hugo Gola tienden a parecerse en su estilo, pues sus poemas aparecen con una sola palabra en cada verso, y lo que era vanguardia, deja de serlo. Uno de los poetas y críticos pilares que sostiene este grupo es Ezra Pound, quien era opuesto de los adjetivos, una línea que se percibe como regla en los textos de estos autores.

Hay tres creadores oaxaqueños que considero poetas del lenguaje: José Molina, Efraín Velasco y en varios textos, Rocío González; rompen con la sintaxis, crean neologismos, juegan con la composición del texto en la hoja. Efraín Velasco incluso ha incorporado el video en sus presentaciones. En cambio, otros poetas buscan que por medio de una imagen poderosa se llegue a un ganglio del ser como lo hace Lorena Ventura, Gerardo Escalante (con un toque humorístico), Abraham Nahón, Omar Fabián, Jorge Pech (oaxaqueño por antigüedad) y Azael Rodríguez, quien desafortunadamente no ha publicado recientemente.

La poesía tiene un sin fin de posibilidades, lo elemental es hacer temblar a quien la lee a partir de una frase, imagen o guiño que nos explique el mundo, sobre todo, el interior. Jorge Pech nació en Yucatán, pero ya tiene más de veinte años radicando en Oaxaca, ha sido una pieza clave para la construcción de un ambiente literario en la ciudad. Un hombre culto y crítico, en algunas ocasiones, crítico en demasía. Él organizó un taller literario en Humanidades en el año 2000. Además de poesía, leímos cuentos de Raymond Carver, que nos dejaban sin aliento. Los resultados de ese taller se publicaron en una plaquette que se llamó Práctica poética. En ese taller conocí a Jesús Rito.

Más tarde, durante un par de años, Jorge Pech organizó la publicación de varias voces de jóvenes en la Editorial Almadía, la antología Oaxaca, 7 poetas. Formamos parte: Luis Manuel Amador, Alonso Orihuela, Efraín Velasco, Gerardo Escalante, Omar Fabián, Abraham Nahón(director de la revista Luna Zeta) y yo. Salieron dos ediciones, una en el 2006 y otra en el 2007. Este es uno de los primeros libros de autores locales que imprimía Almadía. Eventualmente sacaría a la luz Tres ventanas a la literatura oaxaqueña, Cartografía de la literatura oaxaqueña actual I y II, publicaciones que presentan el trabajo en los diferentes géneros de los escritores, nacidos o radicados en Oaxaca.

Otro poeta promotor de este género es Jesús Rito, quien fundó la Editorial Pharus en el año 2008. Ha publicado virtualmente nueve libros de diversos autores que se encuentran en la red y que se pueden leer de forma gratuita. Desde hace tres años organiza el maratón de poesía que se lleva a cabo en la Facultad de Derecho de la UABJO, en donde se reúnen poetas o lectores de poesía para leer sin parar durante tres horas. Así también estableció Abasto de letra, una feria de literatura en la zona seca del mercado de abastos que se realiza cada noviembre desde hace dos años.

Describo este paseo literario, pues una de las funciones que debe tener un poeta es hacer lectores de poesía, aunque a veces tengo la impresión que más que lectores, se están haciendo escritores; me alegra que escriban, lo que me preocupa es que no haya rigor en cuanto a conocer y analizar la tradición literaria, además de que muchos de los que escriben no asisten a lecturas o presentaciones de libros, y sólo se escuchan a sí mismos, sin dejar de mencionar el peligro de seguir fielmente, sin cuestionar, al tallerista. Percibo también un exceso en querer provocar con lenguaje crudo, sobre todo en los poetas jóvenes; no recuerdan que Bukowski ya lo hizo hace mucho tiempo.

Este paseo literario aún no termina. Ojalá caigan más puños de tierra de los diferentes territorios que forman la poesía.

Frases
Guadalupe Ángela
  • Escritores invitados

Oaxaca, 1969. Estudió la Licenciatura en la Enseñanza de Idiomas en la buap y la Maestría en Literatura Mexicana en la uabjo. Es poeta. Sus libros son: ¡Cuidado! ¡Te cae la nube!, Editoriales Pharus y A mano; y en el 2013 publicó A lápiz, haikús, Seculta.

Fotografía de Guadalupe Ángela

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