Al platicar con algunos amigos y compañeros de la escuela, me di cuenta que los chicos y chicas de nuestra generación están olvidando el hábito de leer un libro, sin percatarse de las grandes oportunidades o conocimientos que se pueden adquirir. Durante nuestra plática les pregunté cuántos libros han leído, a lo que la mayoría me respondió que a lo mucho han llegado, al menos, dos libros, de los cuales los tuvieron que leer para un trabajo de la escuela y no porque haya sido su deseo hacerlo; los otros simplemente respondieron que no han leído ninguno y que si tuvieran que hacerlo para algún trabajo escolar optarían por buscar en internet alguna que otra reseña para poder realizar su trabajo. Me atreví a preguntarles eso debido a un ensayo que entregamos, donde lo único que hicieron fue buscar en internet, copiar y pegar, porque no creo que se hayan tomado el tiempo suficiente siquiera de revisar si en verdad lo que encontraron trataba de lo que ellos querían, ya que al leer algunos, veía que abarcaban temas de los que ni ellos ni yo habíamos visto en clase. Debido a eso, me empecé a cuestionar si en verdad estamos siendo conscientes de los malos hábitos que adquirimos al realizar esas acciones, y cuál es la razón para que cada vez sean más los jóvenes que no leen y prefieren bajar información en vez de buscarla y leerla por ellos mismos.
Un claro ejemplo de esos malos hábitos es el internet y sus nuevas actualizaciones que día a día van apareciendo, es un lugar donde prefieren invertir parte de su tiempo libre en vez de realizar una actividad que enriquezca sus pensamientos. Ahora es más frecuente pasar por una biblioteca y ver a menos jóvenes, y si les preguntas qué es lo que no les permite pasar y escoger un buen libro responden que para eso está el internet, para ahorrarte leer cientos de páginas en días y facilitarte las tareas; sin darnos cuenta estamos haciendo un mal uso de esta plataforma y que de ser así, cada día se incrementará el número de jóvenes que prefieran utilizar el internet como medida fácil y rápida de hacer sus trabajos.
Existen muchas convocatorias para que las personas se interesen más por leer un buen libro, aunque se ve que es una tarea un poco difícil para todos aquellos que las realizan, cada día van aumentando las actividades para fomentar el hábito de la lectura, como la dinámica que se realiza el día 20 de cada mes , llamada “Libro al aire libre” que organiza la Proveedora Escolar o el reto que la Biblioteca Henestrosa realizó durante los días 17,18 y 19 de mayo, en diferentes espacios públicos del centro histórico, con el título “Poesía en la calle”, acompañada de la frase “trae tu voz, nosotros los libros” que te anima a acudir y a participar para atraer a más personas, Además te deja fascinado al ver la cantidad de adultos y niños que aún se interesan por tomar un libro y adentrarse a los mundos llenos de historias increíbles que hacen volar la imaginación. Otra de las actividades o métodos que se realizan son los talleres de crítica y creación literaria que imparten en diferentes lugares de la ciudad; entre ellos el Taller “Avispero” impartido por el escritor Leonardo da Jandra, ”Cantera Verde” por Julio Ramírez, entre otros que sin duda alguna son grandes espacios para invertir su tiempo libre y escapar de la realidad a la que nos enfrentamos hoy en día, en donde se reúnen jóvenes y adultos interesados en la lectura y la escritura para tratar de hacer un cambio y fortalecer sus conocimientos a través de los textos, libros y pensamientos que se comparten. Pienso que tanto los maestros, nuestros padres y las instituciones educativas deberían implementar dinámicas que motiven a los jóvenes a leer, no solamente en las plataformas digitales sino tomar físicamente un libro y sumergirse en el placer de la lectura para bien de nuestro aprendizaje, de esta forma se llegaría a un cambio totalmente productivo las nuevas generaciones.