El acto de leer implica no sólo la invención de un mundo sino también la de un lector. En este número de Avispero decidimos abordar a Alemania, como un eje para el discurrir de nuestras interpretaciones. Es evidente que cualquier lista es arbitraria y que toda revista es en sí, una serie de cometarios en agradecimiento al aprendizaje del propio arte, el gusto y la disciplina de algunas dichosas horas de nuestra vida. “Ordenar bibliotecas, es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica”, escribió Borges.
Hacer un consenso y entender la época que nos ha tocado vivir, es también una manera de practicar la crítica. La caída del muro de Berlín, daría aparentemente el triunfo al capitalismo como el modelo económico a “seguir”. Esta edición es abordada desde la perspectiva de algunos jóvenes escritores que nacieron y crecieron en esa década, pero también a la par de escritores consumados que nos ofrecen una visión mucho más compleja y erudita.
Alemania es un país con fuertes venas artísticas de gran valoración en la cultura mundial. Por tanto ofrecemos al lector un panorama que inicia con un brevísimo recorrido de su basta literatura desde: Heinrich Boll, Uljana Wolf, Peter Weiss, entre otros; hasta dar un recuento de las diferentes perspectivas que ha generado el pensamiento, el teatro, el cine, la música, la fotografía, en el contexto alemán del siglo XX. Quienes vivimos en esta parte del mundo creemos ver con binoculares y una brújula la orientación estética, la reflexión y la imaginación germana.
Jonathan Barbieri, pintor residente en Oaxaca, heredero de la escuela alemana de pintura, ilustra este número que como cada periodo, la plataforma de crítica y pluralidad, se va complementando y superando a sí misma. Friedrich Nietzsche declaró el querer desarraigarse de Alemania para arraigarse en Oaxaca, quizá por sus climas, quizá por el mito de su música. Si esto hubiera sido posible, la historia habría sido diferente en el ámbito cultural de ambos países... Por supuesto, este sueño ya no es posible. Nuestra intención es ofrecer desde Oaxaca un homenaje a su cultura y a su lengua. “Los libros son extensas cartas para los amigos”, reza en el primer párrafo de Normas para el parque humano, de Peter Sloterdijk. Contestemos, pues, esas cartas.