Oaxaca
20 de marzo del 2017

Transfiguración estética, gráfica de lo nocturno en diurno.

¿Cómo puede un mismo objeto (una lata de aerosol) crear tantas experiencias creativas de tan diferente índole? Firmas, bombas, tags en la pared como tatuajes de colores sobre la piel del cemento, calles, semáforos, avenidas, ante una ciudad dormida a las experiencias ilegales del esténcil.

Constelaciones dentro del territorio referencial de las persistencias: Colectivo ASARO, Colectivo Arte Jaguar hoy denominado EcLab, Colectivo Lapiztola, Colectivo Tlacolulocos, Colectivo Buggá, Colectivo Bicu Yuba, Colectivo Chiquitraca, Colectivo Tlacuache, Colectivo Gabinete Gráfico, Colectivo Chicatana, Serckas Fontseca, Viyegax, Weto Pakal, Byeck, Megan, Abouche, Alfonso Barranco, Joao Caeiro Boto, Ana Santos, Aler, Bouler, Uriel Marín, Sarf, Benuz, Sanez, Saga, Sr. y Sra. Feliz, Daniel Berman, Guillermo Olguín, Colectivo Domino, Gilberto Delgado, Liquen, Guillermo Pacheco, colectivo Alalimón, Jorge Pinzon. Construyendo una transición del territorio a la identidad.

Le rinden un aprecio, un culto a esta lata de aerosol que va de la mano del anonimato.

Y gracias a ella se pueden crear nuevos conceptos de territorialidad e identidad entre crews diferentes.

Al poseer esta lata se convierten en artistas, en jóvenes desenmordazados, pues los discursos que encontramos como eco en las paredes revueltas son manifestaciones a favor de los más desprotegidos y en contra de los sentimientos más opresivos.

Es impresionante cómo en el arte del graffiti encontramos discursos socio-culturales y políticos que quieren vengar a los cientos y miles de indignados que salen a la calle a manifestar sus derechos, a plasmar en las paredes sus esperanzas, su inconformidad, sus propuestas y sus cosmovisiones.

De la mano del arte público y callejero las manifestaciones más radicales de los últimos decenios se han encontrado con consignas, esténciles, tags, mantas y pegas, lo que hace ya algún tiempo considerable inició el Maestro Siqueiros y que encontró en el sentimiento siempre eterno de la libertad.

La filosofía por su parte no se ha podido ver mejor interpretada y reflexionada como en los pizarrones metafóricos que muchas veces pintados de color blanco, en la vía pública encuentran ahora su sentido de identidad con un sector de jóvenes que por lo regular no ha sido visibilizado.

“La filosofía a la calle”, pareciera una consigna insigne de los pensadores alemanes llamados en nombre genérico Escuela de Frankfurt.

La filosofía a la calle que como piedra angular tiene al asombro, y qué mejor manera de observar una manifestación, política-cultural- social que en las calles de Oaxaca, donde los colectivos de arte urbano han sabido llevar sus propuesta estéticas y sus consignas a todo el mundo, dentro de festivales, foros, espacios independientes, locales y en la calle misma.

De la mano del aerosol que agitan con absoluta dignidad y libertad.

Hace apenas dos años y medio que las políticas culturales han sabido ser sensibles y han logrado crear un calce a la apertura que interpretan las necesidades de estos jóvenes y han podido crear una dialéctica que apoya el desamordazamiento de la libertad de expresión artística y que mejor que la calle; la vía pública que no sabe de intereses particulares y privados de exhibición, en donde la crítica y la reflexión gritan a los oídos sordos e indiferentes que el cambio generacional es hoy; lo que implica lecturas en común, ideas, música, nuevas tecno-logías, la apertura de una ciudadanización de los actores culturales que participan de un aire, donde hasta las instituciones con más renombre a nivel de exposición de pocos seleccionados, han llegado poco a poco a entender que el arte público dará a sus caducos visos estéticos una reformulación, un nuevo espacio para la discusión entre lo público y lo privado.

De un mundo donde se quiere y queremos expresarnos de manera pública.

De lo nocturno a lo diurno, las políticas culturales han sabido concentrar la creatividad, los bocetos, las imágenes, las intervenciones que ahora son objeto de una reinterpretación, en donde Oaxaca es ya una ciudad de murales.

Educación, filosofía, arte, estética, antropología, economía, derecho, se dan la mano para poder expresar en el espacio público la necesidad que cualquier joven tiene de pasar al frente y cómo un salón de clase hace frente a miles de transeúntes; una presentación de su tesis, de sus ideas y de sus preocupaciones, en donde el debate abre los ojos del espectador activo de sus imaginaciones, lo expresado en los muros de las calles tiene un sentido más amplio que los miles de estantes olvidados y en donde no se pone en juego ninguna lectura revolucionaria de la situación existencial del tesista, ninguna lectura que comprenda las necesidades de miles de jóvenes egresados del difícil arte de exposiciones, ante sinodales que no ponen en juego su integridad ni su cosmovisión libertaria, aquí en las calles sus tesis, sus hipótesis quedan plasmadas ante las miles de visitantes con un ojo crítico singular que desearán que alguien les explique el discurso plasmado en imágenes y aerosol que inundan las calles.

Difusión, apertura, colaboración, solidaridad, peligro, son sólo algunos de los aspectos que lo jóvenes desean que el transeúnte observe en sus límites perceptuales comunes.

Sigamos agitando la re-evolución creativa en las paredes del mundo entero.

Sigamos desamordazando los discursos de los jóvenes y sus cosmovisiones alrededor del mundo.

Frases
Sergio Huerta

Estudió filosofía, es candidato a maestro en el Campo de Formación docente, es profesor de filosofía. Actualmente tiene a su cargo el área de Vinculación y Sustentabilidad Cultural de la SECULTA en Oaxaca.

Fotografía de Sergio Huerta

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